En un barrio pobre, hay una casa que permanece cerrada bajo llave, pero no sólo las puertas, sino también las ventanas, por dentro y por fuera. Ahí vive una pareja de esposos, dueños de los edificios aledaños que rentan a precios muy altos a las familias más pobres. En uno de estos lugares vive el pequeño Poindexter, al cual llaman “loco”, su mamá está muy enferma y no tienen dinero para pagar la renta, así que los habrán de desalojar al siguiente día. Parece que no hay muchas opciones, hasta que un amigo de su hermana le propone asaltar la casa de los millonarios esposos, donde dicen hay un tesoro escondido dentro de la casa. Así lo hacen, sólo que el plan sufre cambios y de pronto “loco” y el amigo se ven envueltos en una lucha por sus propias vidas. ¿Pero cómo pasa esto? Pues resulta que los dueños de la casa: son asesinos, torturan a sus hijos y son tan ambiciosos como ningún otro. “Loco” descubre a lo que le da título a esta película: a la gente detrás de las paredes, que son los hijos de estos trastornados esposos que por portarse mal han sido encerrados de por vida. Ahí el pequeño conoce a Alice que es la única que es más normal en esa casa y la que ayuda a “loco” a tratar de salir, pero la casa es una fortaleza llena de trampas mortales y un enorme perro que sólo desea matar. Aquí la acción es una constante y hay una serie de personajes que realzan en todo momento el interés por la película. No es una película de terror cualquiera en la que hay que descifrar el misterio de los espíritus, fantasmas o cosas parecidas. Podemos resumirla en una película de suspenso constante en la que un pequeño tiene que luchar por su vida en contra de dos maniáticos que harán lo que sea con tal de dejarlo encerrado para siempre, así como han hecho con la gente detrás de las paredes.
Esta película fue realizada por el gran Wes Craben, creador entre otras cosas de “Pesadilla en Elm Street” (1984) de la cual hablaremos mas adelante.
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